martes, 24 de abril de 2012

Ninfa

Príncipe Hisoka de Urano, con 7 años.
Dibujo hecho por Haruka
¡No lo soportaba!
En su interior quería escapar de aquel lugar, estaba harto de que su padre le siguiera tratando de esta manera. ¡No era tonto! y tampoco el querer escribir poesía era para inútiles. Fueron esas duras palabras la que consiguieron que el castaño, escapar de la presencia de su padre, le odiaba, ya que delante de todos había roto aquel regalo de cumpleaños que el le había terminado con todo su cariño.

Y eso que se esforzó en ello, pero para su padre el orgulloso Rey de Neptuno era insuficiente una poesía por parte de su hijo menor, y sin embargo, su hermana Michiru había tocado una melodía compuesta por ella misma y la habían aplaudido, era en ese momento cuando comprendía que su padre ya había elegido a su favorita.

Se sentó en la orilla de la playa, abrazando sus piernas enfurruñado en aquel lugar, estaba tan enfadado. Que por primera quiso desaparecer de su planeta, pero no podía irse, ¿o si?, y al alzar la vista pudo ver  aquel planeta, tan cercano al suyo, pero a la vez tan desconocido.

-¿quieres ir?- Le sorprendió una voz y al girar la cabeza, vio a un moreno de su misma edad sentarse a su lado, siendo seguido de cerca por aquel pequeño corcel que le seguía a todas partes, debido a aquel arduo viaje a través por los planetas del milenio de plata, alto que al moreno le encantaba, .

-Roy...si me voy padre se enfadara...-Respondió con una voz aun demasiado infantil, observo aquel hermoso planeta-. Si huyera me podrías llevar allí...

Señalo al planeta con el dedo y el de cabello negro sonrió al ver el verde y hermoso lugar al que se refería. Roy se levanto y estiro la mano asintiendo, para ayudar a su amigo a incorporarse y seguir al chico de ojos negros, el cual mientras preparaba al corcel, explicaba una serie de cosas.

-Escucha, Haruka es la princesa de ese planeta...-informo a Tsuzuki el cual se sorprendió- Urano es el bastión del milenio digamos que si caemos en combate, el seria el primera planeta en caer...

-Haruka-san es la princesa que te golpeo y te dejo inconsciente...- Roy observo al castaño, el cual sonrió de aquella manera infantil, al comprender que le había dado en un recuerdo que el moreno trataba de olvidar pero al notar aquella brisa marina acariciar su rostro, como si fuera un claro indicativo de que debía ir a aquel lugar-. Debe ser muy árido...

-no, de hecho este viento que notas viene de allí...- Termino de preparar a Loki, aun con las mejillas encendidas por recordar que una niña le tumbo de un solo puñetazo y al parecer Loki el joven corcel relincho como riéndose de el, pero a modo de venganza se subió repentino a la grupa del animal y  Tsuzuki parpadeo al ver aquella mano estirada para que el castaño se ayudase de ella para subir a la grupa de este sin perder tiempo al ver que su hermana corría hacia ellos.

-¡Tsuzuki!- Gritaba alterada al ver como el corcel comenzaba a volar, alejando a sendos niños del palacio-.¡Tsuzuki!

Pero oculto su rostro en la espalda del moreno, ya que estaba realmente enfadado y no quería ver a su hermana. Ya que sentía que Michiru era la única para su padre y necesitaba despejar su mente de esas malos pensamientos, llenos de pleno celos a su hermana.

En el reino de Urano.
Sus gentes parecían celebrar algo en la ciudad, al llegar a aquel lugar tuvieron que ocultar al hermoso corcel y pasearon por sus calles, que estaba llenas de malabaristas y hombres que echaban fuego por la boca, Tsuzuki estaba disfrutando de aquella fiesta, aceptando aquellos arianos, sabían como divertirse  y por un segundo solo recordó la pésima fiesta  de cumpleaños de su padre, y le frustraba aquella imagen.

Pero  el resplandor de unas pompas que caían del cielo con  luces pequeñas de diferentes colores que parecían anunciar algo importante a todos los habitantes, que observaba como su ciudad era  inundada por aquellas hermosas luces que terminaban desapareciendo al tocar el suelo, las trompetas sonaron anunciando que algo pasaba en el palacio y se pudo apreciar  en el balcón la que parecía ser la nueva soberana, una niña rubia la cual alzo el bastón con la gema esmeralda a modo de haberlo conseguido a través de una batalla ya que tenia toda la ropa sucia a pesar de que se suponía que era su coronación.

- oye Roy...- El moreno estaba comiendo una especial de carne y Tsuzuki sonrió-. ¿tiene que pelear por su reino?

-Quién dictamina si es digna reina de Urano, es lady Gaya, la guardiana principal de la Reina Serenity...- Roy observo todos los arañazos y heridas que la princesa de Urano tenia-. y parece que a sido una batalla bastante fuerte...

-Pero ella tiene nuestra edad...- señalando sorprendido al balcón-. Es normal que te dejara caos...

-¡¡oye deja de mencionar ese hecho!!- Grito el moreno ya un poco fastidiado por que el castaño se lo recordara tan seguido.

Al notar como todas los pueblerinos, repentinamente se silenciaban, al ver que la rubia carraspeaba para tratar de relajar aquel nerviosismo repentino, que invadió por un leve momento el cuerpo de la joven reina.

-En el día de hoy he conseguido el beneplácito de la benefactora que hasta hoy a reinado en Urano esperando que en algún momento yo pudiera aceptar la responsabilidad de cuidar, proteger y honrar hasta el día de mi muerte, al planeta que me vio nacer - Observo al interior de la sala y en el centro de aquella habitación oculto había una pequeña figura que estaba entre los brazos de la altiva mujer a la que había desafiado y a su lado, estaba el General de las fuerzas armadas de Urano, un platinado de altiva figura que le observaba de manera confiada sobre todo para poder darle seguridad-. Y anunció que mi hermano menor, el príncipe Hisoka Kurosaki, sera el nuevo guardián del reino comenzando su entrenamiento desde mañana, espero que disfrutéis de las celebraciones...

Haruka saludo como una reino imperante frente a su reino, giro su cuerpo para entrar hasta la habitación la cual fue cerrada al entrar Sephirote detrás, la cual al ver el menor temblor en la joven reina la sujeto por detrás.

-Ya acabo...- Le respondió a la pregunta muda, alzando la vista para poder ver a aquella mujer de cabello largos y rubios, que dejo ir a un pequeño rubio de ojos verdes que preocupado sujeto la mano de su hermana.- Alteza, estará bien, solo debe aceptar la energía del planeta como suya...

-pero one-san...- Al ver como la cargaba gentilmente entre sus brazos, el pequeño rubio se preocupo, ya que la palidez de la recién coronada reina-. Lady Gaya...yo se que one-san …

-Hisoka ve a empacar tus cosas, el camino del sacerdote guardián es duro...- El rubio observo a su tía enfurecido, era pequeño pero sabía cuando su hermana estaba mal por algo que no le pertenecía, y ese sentimiento le estaba matando, todos creían saber lo que su hermana sentía, camino detrás de aquellas criadas y al entrar a su habitación, ver todas esas criadas recogiendo sus ropas para meterlas en un baúl, uno que no correspondía al simple petate que llevaría a aquel lugar, árido, al que se suponía iba a recibir entrenamiento para ser un guerrero.

Al ver aquel fular de seda translúcida con adornos de esmeralda, regalado por su hermana mayor, ser guardado en un baúl que seguramente desaparecería de su habitación y del palacio, lo arrebato de aquella criada y salio corriendo con ella en brazos, sollozando, el estaba sintiendo el dolor que su hermana estaba notando por portar un poder tan enorme en su interior, el mismo poder que mato de locura a su madre.

-¡Hisoka!- Al escuchar la fuerte voz de aquella mujer, se detuvo en el pasillo de aquel castillo mirando al suelo-. ¡Te dije que te prepararas!¡Ve a tu habitación esas ropas no son buenas para tu entrenamiento!

- Gaya...- Escucho la voz suave de Sephirote, el cual observo al pequeño y lo que llevaba entre sus brazos-. Se un poco mas delicada con el, tiene solo siete años...

-Haruka comenzó su entrenamiento a los cinco años...- Señalo al niño bastante enfurecida-. Le has mimado demasiado, y debe ser ya un hombre, no esconderse detrás de las faldas de su hermana...
Al notar como le intentaba quitar aquello regalado por su hermana, simplemente alzo la mano para golpear la mano de aquella mujer. Y mirarla con fiereza, abrazando aquella seda entre sus pequeñas manos pero la altiva rubia no se detuvo, alzo la mano y golpeo la mejilla del menor que abrió los ojos y observo a aquella mujer a los ojos impactados.

-¡Te oído!- Grito severo del pequeño príncipe y en ese momento, un viento huracanado revoloteo alrededor de sendos adultos, mientras el menor comenzaba a correr para salir del palacio sin poder ser detenido.

El menor se interno en el bosque, donde sabía que nadie accedería., ya que era el único lugar donde podía escucharlo, tan claro y paciente, aparto algunas ramas de aquel inmenso bosque y pudo encontrarlo, un enorme edificio rodeado de enredaderas. Al notar algo de frió se coloco aquel velo de seda en su cabeza el cual cubría todo su cuerpo, y ante la vista de su pequeño secreto entro al edificio, admirando a su alrededor toda aquella naturaleza floreciente.

Cerro los ojos notando aquella leve brisa a su alrededor, y como luces brillantes rodeaban todo el lugar dando al jardín secreto, un ambiente mas cálido pero a pesar de ello, aun podía notar el sufrimiento de su hermana, por lo que al abrir los ojos alzo las sus pequeñas manos al cielo, moviendo los finos dedos como si tocara algún instrumentos, y siguiendo las luces, giro sobre si mismo siguiendo el ritmo de aquellas ninfas.

En un momento dado, junto las manos y se arrodillo, sorprendiéndose al ver en el centro de aquella sala una enorme gema que rotaba, nunca la había visto pero en su interior fue como si miles de sentimientos inundaran su cuerpo. Unos sentimientos agradables para el, cerro los ojos y suplico a aquel cristal.

-por favor, por favor, ayudad a mi hermana...ayudala...- Suplica incesante que el pequeño príncipe Hisoka, hacia a aquel olvidado cristal, que relucía como el brillante planeta Urano.- haré lo que me digas, pero ¡ella no  podrá soportar semejante peso en sus hombros!¡no puede ser guardián y sacerdotisa al mismo tiempo!¡por favor...!¡por favor...!

Noto como alguien rodeaba con sus brazos  el pequeño cuerpo del príncipe  y al levantar la vista, no pudo mas que llorar al ver en aquel lugar a su madre. La cual acaricio los suaves cabellos rubios, y beso su frente, sabía de sobra que su maltrato era producido por el sufrimiento de suplir el poder de Urano y ser guardián, justamente lo que le llevo a la tumba.

-Hisoka-chan...- Acaricio sus mejillas con suavidad, al alzar la vista pudo ver unos hombres con una daga acceder a aquel lugar-. huye...ahora...

El rubio se puso de pie al ver que corrían hacia el, solo alzo las manos consiguiendo que el viento le volviera a proteger, lo suficiente para correr, bajar las desaparecidas escaleras e internarse en aquel bosque, para tratar de huir era como si el bosque le comprendiera, ya que apartaba las ramas que podían dañarlo para ponerlas delante de aquellos hombres que le seguían de cerca. En cierto momento, Hisoka, tropezó y cayó al suelo notando que la sandalia que llevaba, se había roto provocando que su tobillo se torciera.

-Ya eres nuestro...

Escucho la voz de aquel hombre, y cerro los ojos fuertemente arrastrándose para intentar huir, pero el hombre que portaba la mascara sujeto su brazo y alzo la daga, para tratar de asesinar al pequeño. Y un quejido por parte de ellos fue lo primero que escucho, al abrir los ojos, parpadeo al ver que el hombre miraba hacia un lugar preciso.

- Que injusto ir contra una hermosa niña...- El que apareció era un niño de cabellos negros y ojos del mismo color, que llevaba una espada encima de su hombro mientras con la otra mano jugaba con unas piedras que seguramente había cogido del suelo.

- Dos contra uno que cruel...- Escucho a un muchacho castaño que tenia otra espada, sus ojos malvas le impresionaron tanto que no pudo evitar sonrojarse.

-dos niños que pueden hacer contra nosotros...

Era extraño pero aquellos dos chicos, llevaban el emblema de Marte y neptuno en sus vestimentas, el uniforme militar del moreno era de color azul, y tenia una pequeña chaqueta y una capa de color negra, sus ojos negros resplandecían con el fuego del planeta al que pertenecía, y lo pudo ver al ver como con un simple movimiento de aquella espada, a uno de esos asesinos, lo dejo en cuestión de segundos fuera de combate.

El castaño, al ver como el segundo asesino trataba de cogerle como rehén sacando una velocidad, lo cargo y lo aparto de aquel hombre. Hisoka había cerrado los ojos con miedo, estaba asustado.

-¿Estas bien? Ninfa-san...- Al escuchar esa voz abrió los ojos y se sonrojo aun mas al poder ver de cerca aquella hermosa y tranquila mirada violeta, y asintió acurrucándose junto aquel niño que le había salvado la vida.

-¡te matare!- Escucho gritar a aquel hombre, pudo notar como el castaño le ponía en el suelo, sujetando su cintura con fuerza, para alzar su espada y con un mero movimiento hacer que aquel hombre fuera derribado y derrotado por una magia que el jamas había visto, era como si la simple naturaleza estuviera también con aquel niño.

-Tsuzuki has tardado demasiado...- Escucho al moreno que se acerco a ellos, con la espada encima de los hombros, sujeto su mano y beso esta con dulzura-. Sentimos haber espiado Ninfa-san...pero estabais tan hermosa danzando en aquella gran sala, que no queríamos interrumpir...

-Roy...- El castaño tenia un leve tic en la ceja y suspiro soltando a Hisoka, que solo observo a aquellos dos al notar que habían pensando que el era una ninfa-. Disculpa lo es que se golpeo la cabeza al nacer...

-¡que has dicho!- Grito el moreno sujetando las mejillas de Tsuzuki, estirándoselas como si fuera chicle-. Tu eres el que necesita que te recuerden... cual es tu lugar...

-g..ra..cias...- Sendos niños le observaron, y al ver aquella sonrisa dedicada, ambos se sonrojaron. -p..ero..

Al notar aquella presencia, giro su cuerpo y pudo ver a la que era su madre apoyada en un árbol y asintiendo, giro su cuerpo y siguió a esta hasta aquel edificio de nuevo, no notando que era seguido por sus salvadores, al subir la escalera y ver el espíritu de su madre en medio de aquel lugar. Se arrodillo y miro al suelo, pensativo notando los elementos que le rodeaban aun mas fuerte que antes

-oye...creo que deberíamos irnos...- insistió Roy, tratando de apartar al castaño que se quedo en la puerta observando-. Ella esta bien...ya...

- Tu crees...- Tsuzuki observo a la pequeña, que mantenia la cabeza agachada, parecia preocupada por algo.

- Hisoka...- Se arrodillo delante del menor y sujeto con sus dos manos aquel rostro, la mujer trataba de comprender los pensamientos del niño.- ¡no puedes hacer eso!

-¡one-san morirá!

Roy entonces parpadeo sorprendió y señalo al rubio menor, que se puso de pie y alzo las manos hacia el cristal, la luz de este empezó a expandirse por todo aquel lugar olvidado, en sus ojos verdes estaba implantada el ferviente deseo de salvar a su hermana de un cruel destino. Aquel espíritu se arrodillo a espalda de su hijo y le abrazo.

-La leve empatía se elevara de tal manera que querrás morir...- Susurro a su oído y el rubio asintió-. no podrás ser tocado, ni amado por siempre, estarás solo en esto...

-¡one-san no se merece morir!- Tsuzuki escucho esas palabras, y al ver como el espiritu desaparecía para ver como el pequeño recibía aquel poder, impactando en aquel pequeño cuerpo que cayó de rodillas al suelo-. ¡no me arrepiento!-. Se abrazo a su mismo sollozando al notar todas esas voces a su alrededor-. ¡no me arrepiento madre!, ¡yo no amare y solo conoceré soledad! pero al menos, al menos ¡one-san podrá amar a Sephirote-sama!

El castaño al escuchar esas palabras, se conmovió tanto que se arrodillo a su lado y al verlo sudar intentando controlar toda aquella habilidad que le hacia sentir todos los sentimientos, no pudo evitar sentir adoración por el, una frágil cuerpo pero tan hermoso a sus ojos, y al mismo tiempo tan fuerte.

-Yo te amare...- Al escuchar esas palabras el rubio le observo de reojo, estaba al punto del colapso y al ver como apoyaba sus manos en el suelo-. ¡Te amare!¡Te lo juró!¡te quiero!

Hisoka perdió el conocimiento en ese momento, notando como la oscuridad le invadía, pero esas palabras dichas por aquel castaño misterioso, por alguna razón le ayudaron a estar un poco mas en paz, pero al despertar  observo a su alrededor reconociendo aquel lugar estaba en su habitación, le dolía mucho la cabeza.

-¿Qué?- Sujeto esta con dos manos su cabeza, queriendo que todas las voces que escuchaba en su interior se callaran y repentinamente, eso fue lo que paso al escuchar la puerta abrirse y entrar Sephirote y su hermana-. one-san...Sephirote-sama...

-Hisoka ¿por que?- El menor noto los sentimientos de su hermano y apretó la sabana-. No era Tu responsabilidad...

-one-san... no se de que estas hablando, me me duele la cabeza...

La rubia se cruzo de brazos y bufo enfurruñada, al notar que su hermano no recordaba lo que había hecho. Pero por alguna razón se acerco y acaricio su frente para tratar de relajar aquel dolor de cabeza con un gesto cariñoso, Sephirote permanecía en silencio. Camino hasta la ventana y observo el planeta Neptuno.

En el cual Tsuzuki era reprendido por su severo padre.
Tenia la mejilla hinchada e inflamada, debido a la bofetada que recién su padre le había dado. pero a pesar de ello, no podía dejar de sonreír, aun acordándose de aquel pequeño que en el templo de Urano, había rogado por la vida de su hermana sin tener en cuenta la suya propia.

-¡ya basta!- Grito aquella femenina voz y pudo notar los brazos de su hermana a su alrededor-.¡padre tu tuviste la culpa de que huyera!¡rompiste su regalo delante de todo los nobles!

-one-san...

Al ver que ella también recibía una bofetada por parte de su padre, se enfureció, y observo a este para alzar la espada por primera vez contra su padre. Este sorprendido por dicho acto se cruzo de brazos, fue cuando noto un tirón de orejas por parte de Nereida, la esposa y Reina de aquel noble rey.

-Tu tuviste la culpa...- Señalo la mujer tirando aun mas fuerte de la oreja de aquel hombre.- Además deberías de estar orgulloso...
-¿por que? -La mujer puso una carta con el emblema real de Urano, y el hombre parpadeo sorprendido y observo a su hijo para seguir leyendo las suaves letras de aquel papel. En el que ponía, que gracias a la intervención de Tsuzuki, el príncipe Hisoka estaba con vida, ya que le salvo de un intento de asesinato por uno de los grupos radicales del reino de Urano-.Vaya parece que tu inoportuna visita a Urano, aprovechaste para lucirte...

-¡tengo una peticion!- El hombre dio un sobresalto al escuchar el grito de su hijo y al ver aquellos ojos purpuras como los de su esposa-. quiero pedir la mano del príncipe Hisoka...

-Tsuzuki...- Comenzó con un tic en la ceja-. El es un chico...

-¡¡aaaaaauuuhhh!!- Se abrazo a su hermano menor Michiru, acariciando los cabellos castaños-. te has enamorado que mono...

- Tsuzuki sabes que es empata...- El castaño asintió ante la información de su madre, esta solo suspiro y observo a su esposa, el cual se rasco el tabique de la nariz-. Cariño...

-Sera mejor que empieces a hablar con ese príncipe...

Tsuzuki hizo el saludo militar y se retiro de la sala del trono seguida por su hermana mayor. Al salir el moreno apoyado a uno de los lados de la puerta, observo a aquel castaño que en ese momento estaba dando saltos de alegría por todo el pasillo, haciendo que Roy se arrepintiera de conocer a semejante príncipe.

- a si que tu padre te ha dado permiso...- Dijo lanzando una piedra contra  la orilla de aquel palacete, Michiru estaba mirando el planeta Urano-. pues a haber como se lo explicas, ya escuchaste a Sephirote-san, puede que perdiera la memoria de todo lo sucedido ese día, debido al poder recibido...

- lo había olvidado...- Dijo mirando a la arena.- ¡que puedo hacer!-. Movió las manos de manera infantil.

-Sencillo...- Escucho a su hermana mayor, la cual movió el dedo-. Tsuzuki, eres bueno escribiendo poesía y hay algo que puede hacer que su corazón se mueva por ti, escribe cartas...

El castaño sonrió y asintió, observando aquel planeta del cual había confirmado que el cariñoso viento que media las olas de Neptuno, pertenecía aquel planeta. Hisoka observaba a través del cristal, la cristalina agua de lluvia que aquel día comenzó a caer, aun se sentía un poco débil y su hermana median amente le había explicado que era el nuevo sacerdote de Urano y que debería de entrenar en las mediaciones del renovado templo de Urano.

- Alteza...- La doncella entro con cierto respeto e inclino la cabeza, aquel día llevaba el velo de seda y una diadema que su maestro le había obligado a llevar para poder descansar, pero eso no evitaba que todas las doncellas de palacio se sintieran un poco inquietas-. Ha recibido una carta....

-Para mi...- Se sorprendió, por que desde que comienzo con su entrenamiento nadie quería acercarse a el, solo Haruka y Sephirote consolaban aquella repentina soledad, la doncella dejo la carta encima de la mesa y se retiro de la habitación de Hisoka, el cual se levanto y camino para sujetarla.

Solo al tocarla un leve rubor en sus mejillas comienzo a invadirle al leer en el sobre, con suavidad abrió la carta para tener que sentarse en el suelo. Sujetando su pecho al notar en aquellas letras unos hermosos sentimientos que le dejaban casi anulado, desde donde estaba observo las primeras.

Golondrina Hisoka:

Hermosa Ninfa del templo de Urano,  cuyos cabellos tan suaves y delicados me confundieron, ojos tan verdes como los bosques que rodea al planeta del que precedes. ¡Te amo!, y no puedo evitarlo, pienso que ahora mismo estas intentando averiguar quien soy, pero golondrina no hagas esfuerzos.

Solo puedo decirte que te lo prometí, pero no solo por que fuera una promesa, ver aquella valentía, una tan feroz como la de esos animales que llaman leones, lo confieso me he enamorado de ti. Me tienes perdido ante tu pureza y delicadeza.

Sabes, quiero dedicarte una poesia, a mi golondrina querida.

Tus alas estaban alzadas
Disfrutando, ninfa hermosa
De talento virtuoso
Una danza bella

Estabas en paz
y tu libertad era plena
yo presencie el momento
si, aquel critico lugar

donde renunciaste
con piadosas palabras a tu libertad
te admiro, te adoro, te quiero
Por ser meramente tu
El que a roto mis cadenas
El que amo y deseo
Eternamente tuyo

Tsuzuki de Neptuno

Hisoka notaba sus mejillas rojas y abrazo la hoja de papel contra su pecho, no pudiendo contener las lágrimas de felicidad. Aquellas palabras que provocaron aquel sentimiento tan hermoso en su interior, se levanto del suelo y fue al escritorio, para tratar de escribir una respuesta.

Haruka se asomo un poco por la puerta, sonriendo al ver a su hermano concentrado en escribir, cerro la puerta y sujetando el comunicador entre sus manos.

-Michiru...gracias dile a Tsuzuki que pronto tendra respuesta...-. Tomo algo de aire.- ¡y que trate de controlar sus sentimientos! mi hermano se a mareado...

-Si le dare tu mensaje...y no grites Haruka...

Sendas hermanas velaban por lo sentimientos puros de sus hermanos menores, hasta que un día ellos dos al fin pudieran reunirse. Ellas podrían cuidar por aquel hermoso amor que por años, duraría, o puede que incluso mas.

Fin.